Crianza Respetuosa
30 de marzo de 2018Como ya os comenté en el último post…
La crianza o educación respetuosa es una forma de educación, pero también es una filosofía de vida que trata de que haya siempre un respeto muto entre el adulto y el niñ@, de forma que se construya una relación fuerte basada en el amor, empatía, respeto e igualdad.
Desde que conocí lo que significaba este tipo de educación me he dado cuenta de que a menudo, no solo no somos respetuosos con los niñ@s, sino que debido a las prisas del día o día o al puro egoísmo, no somos respetuosos tampoco con otros adultos. Esto implica que darte cuenta de tus errores, corregirlos y crecer como persona es una buena práctica para después ser modelo para el niñ@.
Voy a resumir lo que implica este tipo de crianza en 4 fundamentos que a mi forma de ver, me parecen esenciales… y es verdad que por diversas circunstancias en el día a día y porque no hay padres ni educadores perfectos, no vamos a poder cumplirlos siempre. Pero si ni siquiera conocemos la teoría difícilmente podremos aplicarla.
El niñ@ siente que es escuchado y valorado
Dentro de los fundamentos de la crianza respetuosa está la formación de un apego seguro (ver mi post anterior). de forma que las figuras de apego o confianza (madre, padre, educador) deberían escuchar con atención lo que el niñ@ les cuenta, porque aunque nos parezca una tontería lo que está diciendo, puede ser que para éste sea importante, y que además te lo cuenta a ti porque confía en ti plenamente. Y para reflexionar sobre ello pregunto….
¿Cómo te sientes cuando estás con una persona que continuamente le hablas y te dice…»Si si, claro…» y a la vez que te lo dice está mirando para otro lado?
Seguramente pensarás que no le interesa tu vida y por lo tanto no te valora. Así se sienten también los niñ@s.
Acompañar al niñ@ respetando sus tiempos y sus intereses
Un ejemplo de respetar sus tiempos sería el siguiente:
Una mamá lleva a su bebé de trece meses a la guardería y está preocupada porque su hijo todavía no anda y los demás niños ya andan o han comenzado sus primeros pasos. Y se pregunta si en la guardería le estimularán para que se mueva
La respuesta a esta cuestión es que si tratamos de que el bebé se siente o ande porque ya es hora o porque los demás ya lo hacen no estamos respetando su ritmo de desarrollo natural. El desarrollo motor del niñ@ es diferente en cada uno, y además ayudarle cuando no está listo para realizar ciertos movimientos por sí mismos puede ser perjudicial. Adecuamos el ambiente para un movimiento libre pero no tratamos de que el bebé esté en una posición no natural ni realice un movimiento para el que no está preparado ( ver Teoría del «Movimiento libre» de Emmi Pickler )
Un ejemplo de respetar sus intereses sería el siguiente:
Un educador/a infantil en un aula con niñ@s de 2 años ha pensado en realizar una actividad con pintura de dedos y decide que va a comenzar la actividad:
Venga chicos, sentaros ya en las sillas que tod@s vamos a pintar
Para algunos puede parecer una frase normal… Sin embargo, la forma de presentar la actividad es de carácter impositivo. Estamos imponiendo que todos deben sentarse ya (ahora mismo) en las sillas y que todos (¡aquí no se libra nadie!) vamos a pintar. Además se le está dando mas importancia al hecho de que se sienten que al hecho de pintar.
Por lo tanto, no es respetuoso con el niño. Así pues, lo ideal sería presentar una actividad con positividad y entusiasmo:
Les enseñamos las pintuas y decimos….«¡Tengo unas pinturas muy bonitas! ¡Podemos hacer unos dibujos preciosos!»
Además de ser una forma mas respetuosa, se consigue captar mas la atención de los pequeños y que tengan interés por la actividad.
Empatía y respeto a las emociones
El ambiente cultural y social en el que vivimos nos invita a no mostrar nuestras emociones, sobretodo las de carácter negativo: la ira, el miedo, la tristeza…Son emociones naturales que debemos vivir y son tan necesarias como las positivas.
Puede suceder por ejemplo que como padres o educadores cuando vemos al peque angustiado y llorando, nos transmite tanta pena que nos la contagia y nos sentimos tan mal que le decimos rapidamente:
«No llores, no llores…» o «no pasa nada, no pasa nada»
Pero diciéndole que no llore…¿estamos resolviendo una necesidad nuestra o una necesidad del niño? Seguramente se lo decimos porque necesitamos que el niñ@ pare de llorar …y en alguna ocasión porque estás cansad@ y no quieres oirle. Pero… ¿Necesita el/ella parar de llorar o se sentirá mejor si le dejas expresarse? ¿Por qué no dejamos que exprese su tristeza, al igual que le dejamos expresar su alegría?
Y si le decimos que no pasa nada… ¿es verdad que no pasa nada? Puede que objetivamente no sea algo importante pero…si está llorando es porque el/ella considera que si es importante, por lo que necesita que los demás le comprendan.
Para saber que es lo mas respetuoso en estas ocasiones solo tienes que practicar la empatía, ponerte en su lugar y pensar que es lo que te gustaría que te dijeran. Imagina que te ha pasado algo que te tiene angustiad@ y tu amig@ te dice…
«¡no pasa nada!»
¿Cómo te sientes? Seguramente piensas que no te comprende y que no se pone en tu lugar.
Por lo tanto pienso que lo lógico sería decir algo como…
«Entiendo que estés triste y espero que se pase pronto. Quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras»
Y a veces, dependiendo de la edad del niñ@ y la situación, no hace falta decirle nada porque simplemente dándole un abrazo ya le estás mostrando que estás a su lado y el pequeño se calma.
Poner normas con respeto y siendo coherentes con lo que pensamos
Los niñ@s necesitan normas para saber cómo actuar, hasta donde pueden llegar y así sentirse segur@s en su entorno.
Pero… ¿ Debemos ponerles normas como una forma de mostrar nuestra autoridad o debemos ponerles normas para que comprendan que deben cumplirse porque son beneficiosas para ellos/ellas?
Es verdad que cada familia puede tener normas diferentes según lo que consideran importante. Para una familia puede ser un problema que el niñ@ salte en el sofá y para otra familia no ser algo importante. Sin embargo, debemos reflexionar sobre ello y ver si esa norma responde a una necesidad básica o simplemente es por mostrar que el niñ@ debe obedecer.
Desde la crianza respetuosa se propone que el niñ@ tenga libertad para actuar, moverse, expresarse, pero siempre atendiendo a ciertas normas básicas de convivencia y seguridad.
Se pueden proponer sólo tres normas pero que éstas se cumplan siempre:
- Garantizamos nuestra propia salud y seguridad (respeto a uno mismo)
- Respetamos a las demás personas
- Respetamos nuestro entorno, animales, materiales y espacios
Con estos 4 fundamentos creo que estaríamos tratando de llevar a cabo una educación mas respetuosa con los peques.
Ya puedes dejar aquí abajo tu comentario, dar tu opinión o preguntarme lo que quieras! 🙂
¡Un abrazo a tod@s!
«Haz que la crianza respetuosa sea no solo una forma de educar sino una forma de ser cada día mejor persona»